2011/01/10


Photo Jon Cazenave, de la serie "Aurrera segi behar diagu" ("Debemos seguir hacia delante"). Azpeitia,  Diciembre de 2008.


Hoy debería ser un día alegre. Y aunque algunos, con sus declaraciones, nos intenten hacer ver que es un día triste, me niego. Hoy estamos mejor que ayer. Y todo apunta a que mañana estaremos peor que pasado. Hoy ha amanecido que, como decía aquel, no es poco. Ha salido el Sol. Y poco antes de que un chaparrón momentáneo hiciera su aparición en una calle cualquiera de Euskadi, una bonita voz me confirma por teléfono que hoy no es un día cualquiera. Al menos, no debería serlo. Ha amanecido, sale el Sol, un grupo terrorista anuncia una tregua permanente, anochece y algunos intentan hacernos creer que el de hoy es un día cualquiera. O incluso quieren meternos en la cabeza que no deberíamos estar contentos. Mañana volverá a amanecer (¡esperemos!), quién sabe si veremos el Sol, desconozco si lloverá y estoy seguro de que volverá a anochecer. Pero lo que mañana no va a suceder es que alguien que maneja una pistola diga que no va a matar más. Y parece que a algunos les parece poco. Parece que algunos quieren pasar de cero a cien en pocos segundos. Pero todos sabemos qué es lo que sucede cuando se acelera de manera descontrolada. Que o bien contamos con un conductor experto y la carretera en perfectas condiciones o el golpe está asegurado. Y, por desgracia no tenemos nada de eso. De momento no hay conductor y la carretera sigue llena de baches. Otra opción para evitar el golpe en un acelerón de estos es tener mucha suerte. Pero un servidor hace tiempo que dejó de creer en la suerte.


La lucha armada, como todas las barbaries, ha sido fotografiada en múltiples ocasiones. Todos hemos visto imágenes de cuerpos mutilados, coches calcinados y edificios semiderruidos. Aunque cada día que pasa somos un poco más inmunes a esta serie de imágenes, no es difícil impactar con una imagen de este tipo. Difícilmente nadie puede quedarse impertérrito si abre el periódico y, mientras el croissant absorbe medio café, ve un cuerpo irreconocible entre varios escombros o coches ardiendo. Al menos no si es en un lugar más o menos cercano. Otra cosa es si hablamos de Palestina, Irak o Afganistán, por poner un ejemplo. En ese caso no tendríamos problema en morder el bollo, la tostada o bebernos el zumo de un trago mientras anotamos en la lista de quehaceres diarios que no se nos olvide comprar dos filetes de ternera para cenar esta noche. Pero si hay algo complicado es el hecho de hacer partícipe al receptor del sufrimiento de alguien sin entrar en lo macabro, sin entrar en lo salvaje o en lo inhumano. Difícil, muy difícil. Pero esta imagen que acompaña esta reflexión lo ha conseguido con creces. Se trata de una fotografía que muestra la barbarie sin enseñar una sola gota de sangre. Muestra el calor humano sin una gota de sudor. Muestra el calvario sin una sola lágrima. En definitiva, muestra todo sin enseñar nada.

El 3 de diciembre de 2008 ETA asesinó a tiros al empresario Inaxio Uría, en Azpeitia. "Yo quería retratar lo que se estaba viviendo en la localidad guipuzcoana: ese dolor acompañado del silencio y del duelo que se adueñó de sus habitantes" - indica su autor. "Llovía muchísimo y hubo mucha gente no pudo entrar en la iglesia. Al sacar el féretro todo el pueblo se puso a aplaudir y llorar. El ambiente era algo especial y había un sentimiento compartido de odio hacia los asesinos y a la vez de respeto hacia Uría. Yo estaba flipando: me contagié de ese ambiente".

Y yo que creo que estas imágenes y estas palabras dificilmente se van a volver a dar en nuestro país. ¿Seré un iluso?

Más fotografías de la serie "Aurrera segi behari diagu" ("Debemos seguir hacia delante").

3 comentarios:

  1. Fotográficamente deberías ver el trabajo "War is personal" del fotógrafo Eugene Richards. Yo lo vi en 2009 en Perpignan y estaba en la sala andando muy despacio, con lágrimas en los ojos (el resto de World Press Photo me dejó bastante indiferente por ser "más de lo mismo" que lo que vemos a diario).

    Por la noticia me alegro, y ningún día es "sólo un día más", recuerda a Serrat... Hoy puede ser un gran día, y mañana también ;)

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  2. Echaré un vistazo a tu recomendación, sin duda... Muchas gracias
    ;-)

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  3. bonita reflexión

    por un momento no sabía por donde ibas, pero después lo he entendido todo

    he visto un poco de Susan Sontag en ella

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