2011/02/26


...SÁHARA: THE LAST COLONY...

Estos días los medios de comunicación nos han bombardeado con el treinta aniversario del intento de golpe de estado del 23 de febrero de 1981. Páginas y páginas de diarios, documentos sonoros, entrevistas a quienes lo vivieron in situ, trailers de la película recién estrenada sobre el "momentazo", documentales y demás. E incluso hemos tenido oportunidad de ver una fotografía del brazo ejecutor de aquella "hazaña" mientras tomaba el sol junto a su esposa en un hotel de la isla de La Palma. Información por doquier. Al menos de lo que interesaba informar. De otras cosas nos hemos quedado igual que como estábamos hasta el siguiente aniversario. Aunque quizás haya que esperar a que el aniversario vuelva a ser de un número redondo. El treinta y cinco, por ejemplo. No, mejor al cuarenta aniversario, porque parece ser que el treinta y cinco aniversario de algo no se suele "celebrar" en el ámbito periodístico. O al menos no de lo que no interesa.

Estos días se cumplen treinta y cinco años del abandono del Sáhara Occidental a su suerte. El 26 de febrero de 1976 los últimos soldados españoles abandonaban la zona. Esa misma noche, con el calendario marcando el día 27, el frente Polisario proclamaba la República Árabe Saharaui Democrática (RASD). El conflicto, a día de hoy, continúa abierto. No nos bombardearán en los periódicos con este aniversario. No se realizarán documentales ni entrevistas. Quizás alguna pequeña referencia puntual. Eso siendo muy optimista. A algunos no les interesa airear algunas de sus vergüenzas. El treinta y cinco aniversario no es un número redondo, dirán algunos. El problema es que en este caso, tampoco lo fué el treinta y, por desgracia, todo apunta a que tampoco lo será el cuarenta.

El irlandés Andrew McConnel realizó una serie de retratos a las gentes que siguen poblando los campamentos y zonas limítrofes. Jóvenes, niños, adultos. Personas con nombres y apellidos que viven con la esperanza de que algún día, por fín, puedan ser libres. El título de la serie, "The Last Colony", hace referencia a que la del Sáhara Occidental ha sido la última colonia española. La misma, ha sido galardonada en los recientes Premios World Press Photo en el apartado de "Retratos".





Imágenes para que la situación del Sáhara Occidental y sus gentes no caigan en el olvido.



Photo Andrew McConnell (Minatu Lanabas Suidat, 25 años - periodista in Tifariti)

 


Photo Andrew McConnell (Malainin Aomar, 66 años - soldado Frente Polisario)

 


Photo Andrew McConnell (Djimi Elghalia, 48 años - Vicepresidenta de la Asociación saharaui de la asociación de víctimas del Comité de Derechos Humanos)

 


Photo Andrew McConnell (Hamdi Jaafar Mohammed, 46 años - soldado del Frente Polisario)




Photo Andrew McConnell (Ihaka Sidahmad Embark, 34 años - músico)
 

Photo Andrew McConnell (Brahim Mohamed Baih, 62 años - soldado del Frente Polisario)



Photo Andrew McConnell (Brahim Mohamed Fadin, 17 años)

 


Photo Andrew McConnell (Mariam Zaide, 24 años - desactivadora de minas)




Photo Andrew McConnell (Chrifa Mohammed Salem, 6 años)

 

Photo Andrew McConnell (Mohamed Lamin Slot, 26 años - conductor de ambulancia)

 


Photo Andrew McConnell (Nagla Mohamed Lamin, 20 años)



Más imágenes de la serie "The Last Colony"

2011/02/22


...SOBRE KEVIN CARTER Y OTROS DEMONIOS...

Photo Kevin Carter


Estos últimos días se ha vuelto a hablar en los mentideros fotográficos, una vez más, de la impactante imágen que el fotógrafo Kevin Carter tomó en Sudán del Sur en el año 1993 bautizada ya con el clarificador y poco original título de "la foto de la niña y el buitre". Los comentarios en foros y redes de índole fotográfico se han debido a la publicación en un conocido medio de tirada nacional de unas nuevas pesquisas alrededor de la fotografía. Aunque la mayoría de la gente ya conoce la historia de la fotografía y, principalmente, todas las consecuencias que trajo o pudo traer la misma,antes de nada recordemos todo ello para los profanos en la materia.

Como decíamos, la imagen fue tomada por Kevin Carter en el año 1994 en Sudán y en la misma se muestra a un buitre y a una niña. Según nuestra imaginación, un buitre esperando a que una desnutrida niña fallezca y poder así alimentarse. Dicen que para tomarla el fotógrafo estuvo más de veinte minutos esperando a que la toma fuera más espectacular. Es decir, a que el buitre se acercara un poco más a la desnutrida niña y desplegara sus alas. Una metáfora del abrazo de la muerte. Doble salto con tirabuzón. Pero parece ser que una vez pasado ese tiempo, Carter desistió y se marchó. Hay quien dice que el fotógrafo espantó al buitre y hay quien sostiene que no, que se marchó por donde había venido dejando a la niña a su suerte. A partir de ahí, el acabose. Desde el mismo momento en el que el New York Times publicó la fotografía pocos días después de la toma, las críticas al fotógrafo arreciaron. Se sucedieron toda clase de descalificaciones, calumnias y mentiras, llegando a comparar a Carter con el buitre que, supuestamente, esperaba a que su presa desfalleciera. Como suele pasar en estos casos, las críticas más feroces vinieron desde los paises "desarrollados", desde un despacho a muchos kilómetros de la hambruna, la pobreza y la miseria. Y, probablemente, a otros tantos kilómetros de la inteligencia y el saber. Tres meses después de la muerte en Sudáfrica de uno de sus mejores amigos -Ken Oosterbroek, fotógrafo como él y miembro del conocido grupo Bang-Bang Club junto al propio Carter, Greg Marinovich y Joao Silva (quien acompañaba a este en el viaje a Sudán y muy recientemente ha sido gravemente herido en Irak)-, Kevin Carter recogía el prestigioso Premio Pullitzer. A la vuelta de la ceremonia de entrega de Premios, el 27 de Julio de 1994, su furgoneta se llenaba de dióxido de carbono. «He llegado a un punto en que el sufrimiento de la vida anula la alegría... estoy perseguido por recuerdos de muertos, de cadáveres, rabia y dolor. Estoy perseguido por la pérdida de mi amigo Ken...», decía la nota que se encontró en el vehículo. El morbo estaba montado. Desde entonces, mentiras, falsedades y medias verdades, que a menudo son más dañinas que las primeras.

Pero gracias a entrevistas e investigaciones, algunos periodistas han ido poco a poco tirando abajo las mismas. Han ido desmontando las teorías y conclusiones dañinas de las que mucha gente se ha hecho eco. Es habitual leer e incluso escuchar toda clase de incongruencias sobre la imagen de Kevin Carter. Y a menudo, de tanto repetir una mentira parece que esta se convierta en verdad. Pero no, una mentira siempre será una mentira. Y ya va siendo hora de desmontar estas teorías falsas que la gente sigue manteniendo sobre la fotografía.

En definitiva...


La criatura no murió. Una de las cuestiones que se ha descubierto recientemente es que la niña no era una niña, sino un niño.Este dato no tendría mayor relevancia si no fuera acompañado del hecho de que Kong Nyong (que era el nombre del niño de la fotografía) falleció hace apenas cuatro años debido a "unas fiebres", tal y como han comentado familiares del niño. Alguno se preguntará por qué se salvó, si fue debido a que Carter ahuyentó al buitre, si se llevó a la criatura a un lugar "seguro" o, simplemente, ésta tuvo la suerte de la que muchos otros en su misma situación carecen.

El niño, no estaba en peligro. Así es. No se encontraba en peligro, simplemente defecaba. Este hecho es algo que ya descubrió Luis Davilla hace algunos meses. Y es que el niño se encontraba a pocos metros de distancia de un campamento de Medicus Mundi. Más concretamente en el lugar que los habitantes del campamento utilizaban para hacer sus necesidades. El buitre no se encontraba a la espera de que el niño falleciera. Los nuevos "investigadores" (Alberto Rojas y Luis Nuñez) han apoyado esta teoría debido a que han detectado que éste portaba una pulsera con el código T3, la cuál identificaba el orden de llegada al campamento e indicaba que sufría una severa malnutrición.

Carter no se suicidó a causa de los remordimientos que le provocaron las fuertes críticas. O al menos no únicamente por eso. Su adicción al white pipe, los síntomas de depresión que según dicen arrastraba desde hace tiempo y la muerte de su amigo fueron demasiadas presiones para el fotógrafo. Es más, según indica una amiga de éste, ya había tenido un intento de suicidio una década antes.

La misión de un fotoperiodista no es salvar al mundo de las injusticias. Aunque para algunos, según parece, los fotógrafos de prensa deberían operar a corazón abierto, ser ayudantes sociales, constructores de escuelas, porteadores de ayuda humanitaria y quién sabe si deberían ir vestidos con una especie de pijama azul con unos calzoncillos rojos por encima acompañados de su correspondiente capa a juego, los fotoperiodistas se dedican a eso: a sacar fotografías. Que no es poco. Fotografías que ayuden a documentar gráficamente la situación. Que muestren la realidad de otras situaciones diferentes a las nuestras. Que muestren la guerra, la alegría, el hambre, la opulencia, la miseria, la riqueza, la pobreza, la desidia o la diversión. Que muestren la realidad. Lo que sucede en ese debido instante. Pero hay algunos que no se enteran o, lo que es peor, no se quieren enterar.

En definitiva, que espero que poco a poco se vayan diluyendo las mentiras que giran alrededor de esta fotografía y de su autor. Es tan fácil manchar la imagen de alguien. Más aún si ese alguien no se puede defender. Tengamos todos un poco de criterio y no nos creamos todo lo que cualquiera escribe en internet u otros medios. Ni siquiera os creais este escrito, podría estar mintiendo. O no. Lo mejor será que lo comprobeis por vosotros mismos.




2011/02/14


Photo Mario Giacomelli

Aunque no es bueno repetirse y a pesar de que para muchos este día no deja de ser puro marketing, creo que no existe una imagen que pueda ilustrar mejor el día de hoy, 14 de Febrero. Una imagen con su pequeña historia:

"El asilo es lo primero que hice y lo cierto es que me resultó fácil. También yo hice vida de asilo; fuí allí durante un año sin la cámara fotográfica. Cuando comencé a tomar fotos lo hice con flash, es decir, sin esconderme. Algunos lo tomaban como un relámpago que anunciaba cambios en el tiempo, pero otros tenían miedo, como una viejecita renqueante que tenía a su amante dentro del asilo. Él con sus dos muletas en una sola mano mientras ella le acariciaba la cara con una dulzura estremecedora. Quien ama de verdad no tiene edad. No existe una época para amar o para ser dulce. Piensa que ellos dos habían sido amantes veinte años antes y se encontraron de nuevo en el asilo". (Mario Giacomelli)

2011/02/13


... ¿ES ESTO FOTOPERIODISMO?...





Es la duda que me viene a la cabeza al ver la adjudicación por parte del jurado de una mención especial en los Premios World Press Photo 2010, que para quien no lo sepa es el certamen fotográfico más importante del fotoperiodismo. Dicha mención especial en la categoría de temas contemporáneos otorgada al fotógrafo alemán Michael Wolf ya ha tenido las primeras críticas. Y es que a Wolf -ganador también de un Premio World Press Photo en 2005 así como el pasado año- no se le ocurrió otra cosa que presentar al prestigioso certamen imágenes cuando menos "curiosas" obtenidas a través de la herramienta Google Street View. Eso sí, para no tener problemas con Google y los derechos de autor, lo que Michael hizo fue fotografiar la pantalla de su ordenador personal en la que se mostraban dichas imágenes. ¿Se puede considerar fotoperiodismo esta serie fotográfica? ¿Son estas imágenes de la suficiente calidad como para ser premiadas en el World Press Photo? ¿En qué nivel queda ahora el World Press Photo? ¿Y Google? ¿no tiene nada que decir? Preguntas, preguntas y más preguntas.

Las palabras del fotógrafo alemán sobre el Premio y su serie fotográfica no tienen desperdicio:

"Creo que es absolutamente asombroso. He ganado el primer premio en dos ocasiones, en 2005 y el pasado año, pero esta mención es para mí un honor cien veces mayor, porque se trata de un salto conceptual para el jurado del World Press otorgar un premio a alguien que realiza fotografías de forma virtual".



Photo Michael Wolf

"Utilizo un trípode y monto la cámara, fotografiando una realidad virtual que veo en la pantalla. Se trata de un archivo real que obtengo, no estoy tomando una captura de pantalla. Muevo la cámara hacia adelante y hacia atrás con el fin de obtener un corte exacto, y eso es lo que hace la imagen sea mía. No le pertenece a Google, porque estoy interpretando Google". 




Photo Michael Wolf

"Es una decisión muy valiente por parte del World Press, porque por supuesto, sus decisiones crean gran atención sobre ciertos temas. El jurado es Dios. Varía de año a año. Hay años que tienden a ser muy conservadores en su enfoque. Otros años, son muy progresistas. Siento que este año, es un jurado que es muy, muy progresista. Eso demuestra que la gente está dispuesta a dar a esta obra una mención".


Photo Michael Wolf

"Creará controversia porque hay un montón de gente que va a decir: ¿Qué demonios? Pero es maravilloso, creo que es increíble porque lo más importante es empujar los límites. Tener una discusión en marcha".


Sin duda alguna un Premio, unas imágenes y unas palabras para reflexionar.

2011/02/11


BIBI AISHA...GANADORA DEL WORLD PRESS PHOTO 2010

A decir verdad, la ganadora es la fotógrafa Jodi Bieber, pero Aisha es tan ganadora como Bieber. La protagonista de la imagen galardonada con el primer Premio del prestigioso World Press Photo y portada de la revista Time, es una mujer afgana que sufrió una brutal mutilación por su marido y que la magistral fotógrafa sudafricana retrató con maestría.

La desgracia de Aisha comenzó el día en el que su tío cometía un crimen y asesinaba a un familiar de un talibán. Para saldar la deuda de “sangre” contraída, el talibán recibió a cambio a la todavía niña Aisha, que por aquel entonces apenas tenía 12 años, y a su hermana. Ambas fueron durante años utilizadas como esclavas, vejadas y encerradas; humillaciones que no terminaron ni cuando Aisha se casó con el radical afgano. Un día consiguió escaparse, pero pagó muy cara la libertad. El radical dió con ella y acatando la orden judicial “baad” le cortó las dos orejas y la nariz. Fue abandonada a su suerte para que muriera desangrada. No obstante, hace pocos meses el suegro de la joven confesó a las autoridades que el verdadero instigador de la violencia sobre Aisha y quien dió la orden de que la mataran por haber deshonrado a la familia fue su propio padre. Quién sabe. Parece que la vida decidió que ya había sido lo suficientemente cruel con Aisha y, al parecer, fué encontrada por unos colaboradores de una asociación humanitaria quienes consiguieron llevarla a salvo de la muerte. Finalmente, Bibi Aisha fué sometida en Estados Unidos a una operación de cirugía para intentar la reconstrucción de su nariz y sus dos orejas. Parece ser que la operación fué todo un éxito. Ahora tiene que empezar a reconstruir su corazón y su sonrisa. Será un camino más largo y dificultoso, probablemente, pero viendo su fortaleza seguro que lo conseguirá.

Este caso, por desgracia, es la punta del iceberg. Y aunque a su llegada a Estados Unidos Aisha declaraba que “no se si esto va a ayudar a otras mujeres o no, yo solo quiero recuperar mi nariz”, esta historia y, por supuesto, este Premio World Press Photo es una ayuda para las mujeres. Y no solamente para las mujeres que sufren malos tratos en el mundo (incluido Occidente), si no para todas las mujeres que luchan día a día por su libertad y por sus derechos. Este Premio debería ser para todas ellas…





2011/02/09


...Y LA IGLESIA SE LLENÓ DE PAYASOS...


Algunos, al leer el título, dirán que menuda novedad nos trae este, que era algo que ya sabíamos todos. Otros, en cambio, habrán pensado que ya están los anticlericales con sus críticas a la Iglesia. E incluso habrá quien haya entrado a este escrito por el puro morbo del título. Bienvenidos a todos ellos, pero siento decepcionaros. Y es que no es mi intención hacer una crítica a la Iglesia. Por lo menos hoy no. Solamente quería haceros partícipes de unas imágenes cuando menos curiosas que se suelen dar el primer fin de semana de febrero en una iglesia londinense. Concretamente en la Holy Trinity Church del noreste de Londres. Decenas de payasos (o clowns, como más guste) acuden a dicha iglesia con el fin de homenajear a Joseph Grimaldi , según dicen uno de los mejores payasos de la historia “payasil” y el hombre que comenzó a vestirse y pintarse de la manera tan característica que lo hace este “gremio”.

Parece ser que esta tradición surgió apenas dos años antes de que el hombre pisara la Luna cuando un tal “Payaso Smokey” consiguió que los payasos pudieran entrar en las iglesias con sus pelucas, maquillaje y mono de trabajo. Aunque he de reconocer que no soy muy asiduo de los templos en los que se predica la palabra de Dios, no creo que por estos lares sea muy habitual asistir a misa disfrazado de payaso. De hecho, desconozco si aquí se podrá asistir de esta guisa, pero al menos en Londres sí se puede, así que si alguien se anima ya sabe. De todas formas si esta tradición llegara por, nunca mejor dicho, estos lugares de Dios, no creo que se pudiera hacer en una iglesia cualquiera. Necesitaríamos el aforo del Camp Nou, como mínimo. Y es que, sin ánimo de que se me ofenda ninguna Asociación de Payasos federados y/o amateurs, de “payasos” andamos sobrados…

Photo John Gladdy / Magnesium


Photo Felix Clay / The Guardian

 

Photo Reuters


Photo Reuters


Photo Felix Clay / The Guardian


Photo John Gladdy / Magnesium


Photo Reuters


Photo John Gladdy / Magnesium


Photo Felix Clay / The Guardian

 

Photo Reuters



2011/02/08


James Dean en Times Square. New York. 1955. (Photo Dennis Stock)

"En 1955 mi voluntad de realizar un relato fotográfico sobre él nació del hecho de que me había quedado profundamente impresionado por su manera de interpretar y sentía la necesidad de fotografiar el ambiente que había formado su carácter" (Dennis Stock).

Poco tiempo después de esta toma, ese mismo año, un accidente de tráfico le convertiría en un mito.








Photo Dennis stock

2011/02/07



LURDES R.BASOLÍ: Caracas. La Sucursal del Cielo...

A veces las redes sociales traen gratas sorpresas. Lurdes R.Basolí resultó galardonada en el año 2010 con el prestigioso Premio Inge Morath Award pero he de reconocer que no había topado con sus imágenes hasta hace bien poco. Gracias al famoso "libro de caras" de la Red, llegué a la página web de esta magnífica fotógrafa de Granollers. En dicha página se pueden ver varios trabajos de una gran calidad como "Sueño de Princesas" (sobre las fiestas del decimoquinto cumpleaños de algunas adolescentes cubanas) o "Fantasmas de Chernobil" (en la que muestra a través de imágenes la forma de vida de los habitantes de la denominada "zona de exclusión" de la famosa población ex-soviética), entre otros. Pero sobre todos ellos destaca la serie titulada "Caracas. La Sucursal del Cielo" (Inge Morath Award 2010), en la cual a través de 35 fotografías en blanco y negro nos lleva a la Caracas más cruel y salvaje.

"El conflicto urbano y social en Caracas pasa inadvertido en el universo mediático actual. De hecho, sólo aparece en los periódicos cuando no hay nada más de qué hablar, aunque se trate de una guerra con todas sus características: el toque de queda (al caer la tarde los habitantes de las favelas "se refugian en sus casas), armas de fuego fuera de control (en Venezuela hay nueve millones de armas, el 90% de las cuales son ilegales); soldados dispuestos a morir (los malandros, delincuentes juveniles venezolanos que piensan que llegar a los 25 años de edad es toda una hazaña), las fronteras y las zonas de guerra (los soldados de cada grupo no pueden ir más allá de la zonas vecinas, ya que se castiga con la muerte); víctimas colaterales (muchos son los inocentes que mueren debido al cruce de disparos durante los enfrentamientos); generales propios (cientos de bandas tienen sus propios estrategas, los líderes que son capaces de hacer cualquier cosa) , y con los informes de la guerra (durante algunos períodos de 2007 murieron más personas en Caracas que en Bagdad)". (Lurdes R.Basolí).


Sin duda alguna, merece la pena una visita a su rinconcito en la Red: Lurdes R.Basolí





 

 
 


 














2011/02/04


4-F: DÍA MUNDIAL CONTRA EL CÁNCER...

No hay duda de que todos los días del año deberían ser el día de la lucha contra el cáncer. De hecho, miles de familias, miles de enfermos, han hecho de todos y cada uno de los días que marca el calendario su Día Personal contra el cáncer. No les queda otra. Luchar, luchar y luchar. Lo más fácil para ilustrar un día como hoy sería tirar de archivo y mostrar alguna imagen que encoja el corazón, de algún enfermo terminal o incluso de algún niño. Pero creo que eso es solo una pequeña parte de la enfermedad. Lo importante de esta enfermedad es la capacidad de lucha y sacrificio de los que han desarrollado la misma y de todos los que les rodean. Eso es lo que hay que mostrar y homenajear, esas fuerzas de flaqueza que salen desde el cariño de la familia y el amor a la vida. Qué mejor por tanto que mostrar tres hermosas imágenes de alguien que se ha peleado con la enfermedad y la ha vencido. Se podrá dudar e incluso criticar en muchos aspectos a este hombre, pero lo que nadie puede negar es su lucha, su fuerza y sus ganas de vivir.



Photo Annie Leibovitz
"Yo no nací para vivir una muerte lenta. No hago nada con parsimonia, ni siquiera respirar. Hablo rápido, me duermo rápido y mi existencia transcurre a toda velocidad. Me he pasado la vida compitiendo sobre una bicicleta y, cuando me comunicaron que tenía cáncer, decidí pelear contra él. Le dije: "Te has equivocado de persona. Al elegir un cuerpo para vivir en él, cometiste un error porque seleccionaste el mío". Pero, en el fondo, sabía que todo eran fanfarronadas. Mi cara estaba pálida, mis ojos hundidos y mi boca parecía una línea delgada sobre el rostro".




 Photo Getty
"Entonces, cambié de táctica e intenté negociar con la enfermedad. OK, si el trato es que nunca vuelva a montar en bici, de acuerdo, pero quiero vivir. Dime dónde tengo que firmar. Volveré a la escuela, me convertiré en un hombre-basura, todo el día tumbado, sin hacer nada, pero quiero vivir. Los médicos aseguraban que tenía un 40% de posibilidades de vencer al cáncer, y ahora, cuando me miro en el espejo, creo que fueron muy considerados. Verán. A la altura del corazón tengo una cicatriz del catéter que llevé los tres meses en los que recibí quimioterapia. Otra cicatriz, recuerdo de la cirugía, secciona uno de mis testículos y asciende por la ingle hasta la cadera. Pero la palma se la llevan las dos medias lunas de mi cuero cabelludo, recuerdo de una intervención cerebral".

"La noche anterior a la operación de mi cerebro, el doctor Shapiro vino a verme. Estaba más serio que de costumbre. Me dijo que los tumores estaban en lugares peligrosos y que, por ello, la intervención necesitaba ser milimétrica, ya que el menor fallo podía afectarme la vista o comprometer mi movilidad... A mí me aterraba pensar que iban a abrirme la cabeza. Shapiro me animó: "Mira, a nadie le gusta que le hagan algo así. Si no tuvieras miedo sería rarísimo". Después de la cirugía me sometí a cuatro sesiones de quimioterapia. Tras ellas, el 13 de diciembre de 1996, estaba encogido en posición fetal y vomitaba las 24 horas del día. Había perdido nueve kilos y toda mi masa muscular había desaparecido".




Photo Getty
"Mi retorno al ciclismo fue un fracaso, aunque más tarde descubrí que la enfermedad me había convertido en un hombre más inteligente y centrado. Mi primera carrera la disputé en España, fue la Ruta del Sol. Acabé decimocuarto. Dos semanas después corrí la París-Niza, una dura competición de ocho días marcada por la lluvia y un viento gélido. En la segunda etapa me bajé de la bicicleta y exclamé: "No quiero pasarme el resto de la vida haciendo esto. Me voy a casa".

"En Austin me convertí en un holgazán. Jugaba al golf, hacía esquí acuático, bebía cerveza y me pasaba las horas en el sofá haciendo zapping. El cáncer me había puesto la vida patas arriba y estaba desorientado. Nadie podía comprenderlo, excepto Kristin, mi mujer. La había conocido un mes después de acabar la quimioterapia, durante la presentación de mi fundación contra el cáncer. Me enamoré de ella y le propuse que se casara conmigo. Tras varias semanas vagueando, me habló claro. Me preguntó si iba a seguir en ese plan o si pensaba volver al trabajo. Decidí que quería seguir en el ciclismo y retomé mis entrenamientos. Empezada la temporada, gané varias carreras, como la cronometrada del circuito de la Sarthe, el prólogo de la Dauphiné Libéré y una etapa en la Route du Sud. Me sentía feliz porque, aunque cada seis meses tenía que someterme a radiología para evitar recaer, estaba prácticamente curado".


("Mi vuelta a la vida" - Lance Armstrong).