2010/11/17


EL LIMPIABOTAS DE DAGUERRE

El 18 de Noviembre de 1787 nacía en Francia Louis Jacques Mandé Daguerre, el hombre que consiguió captar la primera imagen de una persona. Bueno, realmente de dos.

La imagen fué tomada en el año 1839 con una técnica que se denominó daguerrotipo. Dicha técnica consistía en someter a una placa de cobre chapada de plata perfectamente pulida, a vapores de yodo que atacaban la plata hasta formar una ligera capa de yoduro de plata, sustancia muy sensible a la luz. Esta placa, expuesta en una cámara oscura y sometida a vapor de mercurio calentado hacía que la imagen apareciera de forma progresiva. Una vez realizado este proceso, se procedía con hiposulfito sódico a la eliminación del yoduro de plata que no había sido afectado por la luz. De la operación resultaba una imagen negativa que aparecía positiva según la iluminación utilizada para observarla. Así contado, casi podría considerarse más como el descubrimiento de un químico que el de un artista. Y, como muchos otros descubrimientos de la ciencia, Daguerre llegó a él por casualidad. Fué el olvido de una cuchara sobre una placa plateada preparada con yoduro el que le guió al descubrimiento. El dibujo de la cuchara quedaba marcado de forma nítida sobre la placa. Definitivamente, el yoduro de plata era sensible a la luz. Fué posteriormente, una vez fallecido Niepce, cuando descubre que el mercurio tiene la propiedad de fijar la imagen.

Este proceso conllevó una mejora sustancial respecto al que había llevado a cabo Nicephore Niepce (considerado como la persona que logró la primera imagen), ya que consiguió disminuir ostensiblemente el tiempo necesario para el logro de una imagen, pasando de las horas necesarias mediante el método de Niepce a los minutos del método de Daguerre.

Como decíamos, fué con este método con el que consiguió captar en una imagen a las dos primeras personas en la Historia. Atrás quedarían ilustraciones, grabados, óleos y otras técnicas utilizadas hasta entonces. Ahora la imagen no podía ser sometida a la interpretación del artista. Ahora la imagen mostraba la realidad. Ahora la imagen enseñaba lo que sucedía en ese preciso instante sin poder modificarlo... ¿O no? ... Efectivamente, no. Al menos, no de forma completa. Y es que, en esa imagen no se quedó grabado todo lo que sucedía en ese momento.




La imagen fué tomada por el propio Daguerre desde la ventana de su casa, colocando su cámara oscura apuntando al Boulevard del Temple, en París. En ella quedó grabada la primera presencia humana: un limpiabotas y su cliente, en una calle aparentemente desierta. Nada ni nadie se encuentra en la calle. A lo sumo, en la imagen, se podría apreciar de manera muy poco clara un carruaje de la época. Pero esa no era la realidad. Eso no era lo que sucedía. Y es que en esos momentos, el Boulevard se encontraba repleto de vida. En la calle, gente, carruajes y movimiento. Pero la lenta exposición requerida para fijar la imagen no captó eso. Aunque la misma era muy nítida, muy precisa en las líneas y en los detalles de las casas y las construcciones, en la imagen no quedó grabado el movimiento. Entre toda la gente que caminaba arriba y abajo de la avenida, nadie. Solo la tenue silueta de un limpiabotas y, sobre todo, y de manera más clara, la de su cliente con la pierna levantada e inmovil. Fué precisamente esa falta de movimiento la que hizo que ambos se convirtieran en las primeras presencias humanas captadas.




El que mejor definió la imagen fué Samuel Morse, quien en una carta enviada a su familia en marzo del año 1839, describía la misma de la siguiente manera:

"Hace algunos días, dirigí a M.Daguerre una petición escrita para que me concediera el favor de ir a ver sus resultados, en mi calidad de colega extranjero, invitándole a mi vez para que vea mi Telégrafo. Fuí gentilmente invitado mediante esas condiciones, ya que él estaba resuelto a no enseñar nada más hasta que los diputados hayan adoptado definitivamente la propuesta al gobierno para la compra y la divulgación pública del secreto de su invención. Anteayer, o sea, el 7 de Marzo, fuí a visitar a M.Daguerre en sus talleres del Diorama, para observar sus resultados admirables. Estos aparecen en una superficie metálica y su muestra más importante mide aproximadamente 7x5 pulgadas; y tienen el aspecto de grabado al aguatinta porque son simplemente en claroscuro y no en color. Pero no se puede uno imaginar hasta qué punto es exquisita la minuciosidad del trazo. No hay pintura ni grabado que puedan pretender a su comparación. Por ejemplo: al fijar la mirada en una calle, se podía notar la presencia de una pancarta lejana en la que el ojo llegaba tan solo a distinguir la existencia de líneas o de letras, siendo demasiado pequeños estos signos para que se puedan leer sin anteojos.

Con ayuda de un lente potente, con un aumento igual a cincuenta, dirigido hacia ese detalle, cada letra se volvía nítida y perfectamente legible, y ocurría lo mismo con las más minúsculas grietas o fisuras en las paredes de los edificios y en los adoquines de la calle. El resultado obtenido con la utilización del lente sobre la imagen es en todo punto comparable con el conseguido en la naturaleza por el telescopio.

Los objetos en movimiento no dejan huella alguna. El bulevar, aunque constantemente recorrido por una oleada de peatones, era perfectamente desierto, a excepción de una persona que se hacía lustrar las botas. Evidentemente, tenía que mantener los piés inmóviles durante cierto tiempo, uno colocado en el cajón del limpiabotas y el otro en el suelo. Por consiguiente, sus botas y sus piernas resultaban bien definidas, mientras ni su cuerpo ni su cabeza eran visibles, por haber estado en movimiento (...)".
 
 
Este Daguerrotipo, conocido como "Vista del Bulevar del Temple", desapareció en la Segunda Guerra Mundial, por lo que solo se ostenta una reproducción, la cuál se encuentra en el Museo de Munich.

4 comentarios:

  1. Gracias por recordárnoslo :)

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  2. Excelente recoratorio de lo que fue una verdadera aventura científica: la fijación de una imagen por medios químicos. Sin aquellos aventureros descubridores (Niépce, Daguerre, Fox Talbot, Herschel, etc) no habrían venido los artistas posteriores.

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  3. Gracias a vosotros por leerlo... Y por ser los primeros que comentais una entrada en este Blog... creo...

    Efectivamente, sin ese origen hoy en poco o en nada se parecería la fotografía... tenemos una memoria muy fragil y vivimos al día, sin parar a pensar ni a mirar un minuto hacia atrás... pero bueno, entiendo que es lo lógico...

    Un abrazo
    ;-)

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  4. Esta historia, parcialmente, sale en la serie de grandes genios de la fotografia. Creo que en el primer capítulo

    Enhorabuena por el blog

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